Cruzabamos parques infinitos, creabamos laberintos de amistad, no lo olvidare jamas a el corria tan rapidamente que el viento lo olvidaba .Recuerdo esos días , nos reuniamos a jugar,cruzabamos el rio sigilosamente, cosa que el señor Gordo no se diera cuenta de que ahí estábamos .
Nos reuníamos día tras día, colgábamos de los carruseles, flotábamos en cada flor que florecía en la pradera, mamá siempre los invitaba a casa a ahogarnos en leche con galletas. Padecíamos de la misma fiebre y la misma gripe siempre, colgábamos de los columpios felices, arrojábamos palos al río, Recuerdo a ese niño Juan José, siempre an tímido, pero cuando jugábamos a las carreras de tapas de botellas en el río dejaba de lado su timidez y corría a la altura del viento.
A ras de la minima dimensión, ellos corrían, jugaban.
Un día Carlos salio de su casa y fue a buscarme para enseñarme que tan fuerte era el, me dijo que lo mirara sin pestañar, me llevo a un muro de cemento, y golpeo fuertemente el muro, dejando un hoyo, la sangre no cesaba en su mano, su fue corriendo donde su papá. Una semana después, el se mudo de su casa , llevándose a Claudia, su hermana menor.
Me sentía sola, y llevaba más a menudo a pasear a mi perro , Juan José no le gusto la idea de estar solo conmigo, y no salio más su casa, sus padres le regalaron un video juego, y no se despego de el jamás, yo salía sola a correr por el bosque, y fue ahí que conocí a unos seres extraños, y pequeños, me gustaban aunque comían conejos, con ellos viví el resto de mi infancia , me enseñaron a ser, y me criaron de una manera muy extrovertida .


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